Páginas

jueves, 2 de noviembre de 2017

Hijos de otro tipo

Siempre he pensado que el límite de mi vida profesional lo podrían tener mis posibles futuros hijos, aquellos que podía decidir no tener. Creo que todas las personas necesitamos traer algo al mundo que, de alguna manera, deje huella, un legado... para mí eso no eran niños, era un proyecto que soñaba que se hiciera realidad... pero no lo he conseguido.

No sé cómo se sentirán todas esas mujeres que intentan tener hijos, una vez tras otra sin conseguirlo, pero imagino que debe ser algo parecido. Es dejarte la piel en algo, toda la ilusión que pueda albergar dentro de ti para crear un pequeño ser que, a su manera y con tu ayuda, poco a poco irá creciendo e iluminando el mundo por el que pase... es tener el corazón lleno de esperanza para que después no salga y sólo queda resignarte. 



La diferencia es que es más fácil que los demás te apoyen cuando se trata de bebés, pero cuando se trata de una empresa, un negocio, un proyecto para un futuro profesional, ya no hay tanto apoyo, ya es "una locura" la mitad del tiempo y un "no lo conseguirás" la otra mitad. Son contadas las personas que apuestan por ti y, por lo general, diría que no es necesario que nadie te dé su bendición para que hagas lo que quieres y lo que sientes, pero yo soy débil y me he dado cuenta de que lo necesito.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

En fin, creía que el problema serían los hijos, pero el problema soy yo directamente. Yo me pongo los límites, las barreras, los obstáculos y carezco de voluntad, constancia, actitud, fuerza. 

Y porque no sé querer. Aquello que me da vida me la quita. He descubierto, por cosas de la vida y del destino, que soy mucho más productiva sin él, y ha coincidido que el fin de mi proyecto ha sido el principio de una nueva vida juntos. No tengo claro entonces si mi problema es no tener ya una meta, un objetivo final que me motive a seguir y a establecer un camino por el que ir, o si es que el mismo amor me absorbe de mala manera y no lo sé controlar, me dejo llevar, y al final pasará la vida sin que yo haga nada...

Necesito un hijo, pero de otro tipo

Cada uno es lo que quiere ser

viernes, 22 de septiembre de 2017

Me apetecen Tortitas

Estoy en Barcelona, no hay más vuelta.

  Son las 3 de la tarde de mi primer viernes aquí y es un día de Septiembre bastante oscuro, llueve y hay relámpagos. Estoy segura de que en Tenerife debe hacer un tiempo maravilloso.

Llegué el miércoles por la noche con mi gato, tras un largo día de viaje y muchos nervios. Parecía que mi pequeño bebé lo entendía así que se portó lo mejor que supo y a penas se movió ni se quejó demasiado. 

Aún tengo la habitación patas arriba, con ropa mía por todas partes y la maleta a medio deshacer. Llevo todo el día moviendo muebles y limpiando la habitación que, por suerte, es la más grande de la casa y da hacia el balcón, así que Qwerty puede entrar y salir tranquilamente cuando quiera. Realmente estamos bien.

A penas he comido algo ayer, y hoy ni siquiera he empezado con el almuerzo, pero me apetecen tortitas.

Paso y repaso las ofertas de empleo de diseño gráfico, las leo, y 8 de cada 9 piden requisitos que cumplo de sobra y la décima la descarto por ser prácticas no remuneradas o quedar demasiado lejos. Envío y envío currículum sin respuesta. He hecho 3 diferentes y he editado otro, pero el que contesta una vez ya no vuelve para decirme que he pasado el siguiente proceso de selección. Hay algo que no les gusta, que ven mal o que no terminan de ver. Sinceramente no creo que sea tan mala, aunque ahora mismo no sea el mejor momento para opinar ni para demostrar mi valía.

Estoy bloqueada, completamente, nada me gusta y todo lo veo feo o mal. Tengo un vídeo a medio editar y no hay forma de que consiga la imagen perfecta o el plano adecuado para poder hacer un vídeo como los otros, impactante y divertido, de una batucada que se mueve y que mueve a los demás. Esta vez, no consigo la sintonía idónea para que aquel que se siente en su silla tras la pantalla termine bailando así sea moviendo sólo los hombros o con una sonrisa. Ahora mismo no consigo ese efecto ni logro sacar del material que tengo el plano perfecto.

Me apetecen tortitas, a pesar de que sé que no es un almuerzo apropiado y que tengo que obligarme a comer mucho mejor, y sobretodo cuidar la dieta de mi muchachito, para que esté sano y bien para irse a trabajar, sobre todo ahora que camina tanto.

Me apetecen tortitas porque siempre ha sido algo que me ha animado. Me gustan mucho, y creo que para un día como este hace faltita levantarme el ánimo de alguna manera.

Estoy en Barcelona, y acabo de llegar. Lo hecho hecho está, estoy más cerca de Francia que es lo que siempre he querido, pero por alguna razón esto no me llena, y acabo de llegar...

Me apetecen tortitas