Siempre en movimiento, siempre con proyectos nuevos y una mente bohemia y algo diferente que el del resto. Trabajando por supervivencia pero haciendo lo que le daba la gana como y cuando le daba la gana... sí, me veo como si fuera un Dalí del S. XXI
Él veía el cuerpo humano, la sensualidad, el amor, y el placer que éste da, de manera un tanto peculiar. No puedo asegurar que sea la misma pero sí que lo veo todo bastante natural, hermoso, que forma parte de una de las mejores cosas que tiene nuestra naturaleza junto con la mente.
Sin duda alguna, la mente es y será siempre el arma más poderosa del ser humano, debido a que puede hacer sentir tanto el hombre más desgraciado de este universo, como el más dichoso de todos los tiempos... y eso sin salir de la misma casa. Una vez entendí y asimilé esto, me he ido centrando en las pequeñas y maravillosas cosas que tiene nuestra vida, nuestro entorno, nuestra sociedad. Porque sí es verdad que el mundo está más que podrido por dentro, que las personas son egoístas e inconformistas, y que cada vez más se extienden los parásitos que se alimentan de nuestro ser para sobrevivir o sentirse algo o alguien a lo que no se acercan ni de lejos... La época en la que nos ha tocado vivir está llena de seres despreciables que la llevan a lo más oscuro sólo porque les conviene y las mejores personas quedan pisoteadas y arrastradas por el fango por su culpa.
Pero y qué, ¿acaso no ha sido así siempre? Los esclavos, los inocentes que morían en la arena del coliseo para disfrute de algunos, las guerras que pagaban muchos por la avaricia de pocos.... El ser humano es así y no va a cambiar, lo que arreglemos hoy se destapará por otro lado mañana, transformado en otra forma y en otro ser igual o peor que atacará en zonas que no sabíamos que nos podía doler.
Por todo ello, y como no voy a poder cambiar la sociedad de manera que para el resto de la vida de este planeta y de esta especie todo vaya como la seda, lo mejor que podemos hacer cada uno es intentar ser un poco más felices. Teniendo en cuenta que la felicidad plena, absoluta y completa, es un invento de la sociedad consumista para que siempre necesites algo para "ser feliz", aquí aplico eso de que "el dinero no da la felicidad".
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| Y si la primavera no termina de llegar, baila bajo la lluvia |
Disfrutar de la brisa de la mañana, si no hay brisa pues del sol y los colores del amanecer, si te lo has perdido pues disfruta de levantarte tarde y del canto de los pájaros, si no hay pájaros pues aprovecha los buenos días de tu pareja, de tu madre, de tu perro.... Siempre hay algo bueno, el todo es no enfrascarse en una misma cosa que desde que no se pueda obtener ya eso te amarga el resto del día... Lo que hay que hacer es estar ahí para el mundo, haciendo lo que te dé la gana como te dé la gana cuando te dé la gana.... Hay que ser un Dalí del S. XXI
Estoy segura de que a Dalí no le gustaba la sociedad tal y como era, mucho menos teniendo en cuenta sus preferencias sexuales y su forma de amar y de vivir que todo el mundo criticaba, pero y qué, la gente que hable lo que quiera que mientras no hagas daño a nadie no tiene por qué molestar. Ya Aristóteles decía que la libertad de cada uno está donde comienza la del otro... pues bien, siempre y cuando no obligues a nadie a hacer algo que no quiera o lo pongas en un grave compromiso podrás hacer lo que quieras, siempre, y saber apreciar las pequeñas cosas de la vida es una buena forma de estar en armonía contigo mismo, sin que te importe lo que digan otros porque ya tú estás donde quieres estar, o al menos, te gusta tu entorno y te dejan de molestar muchas cosas.
Esta es una dedicatoria a todas aquellas personas que no entienden mi positivismo, o que les impresiona que siempre saque algo bueno de las cosas pase lo que pase... Incluso para aquellas personas que no saben cómo puedo hacer para superar los golpes tan rápido... Pues esta es la clave: Asumir que nuestra especie está podrida desde dentro y que los parásitos sociales no van a desaparecer jamás, y disfrutar las pequeñas cosas de esta vida dejando de preocuparse por algo que no va a cambiar
Cada quien es lo que quiere ser
