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martes, 22 de septiembre de 2015

AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH Y grito en alto pero no me oyen

Porque grito en silencio y sin querer. Los de mi alrededor no se enteran pero no es su culpa... no sé cómo pedir ayuda. Tampoco sé quién pueda dármela ni cómo

Una idea se te mete en la cabeza y cala muy adentro, tan dentro que llega un punto en el que deja de ser una idea abstracta y se convierte en algo más físico. Cuando algo pasa, puede aferctarte o no de múltiples maneras, puedes incluso controlarlo, pero cuando tienes una idea en la cabeza, tan dentro, un suceso tonto y simple reacciona no sólo sobre tu mente, alimentando dicha idea, sino que además reacciona sobre tu garganta y no te permite tragar, sobre tu corazón que se acelera, sobre tu piel que se eriza, sobre tu pecho dificultando la respiración... y así, una simple idea en las condiciones adecuadas puede dejar de ser abstracta para convertirse en algo muy físico.

Y no ayuda en absoluto saberlo, no ayuda que te digan que todo irá bien, no ayudan los consejos ni que te digan todas esas cosas que ya sabes. No ayudan los regalos caros ni el amor ni el desgaste de otra persona para que estés mejor. No sé qué es lo que ayuda, sólo sé que todo eso no.

Gritar, es lo único que mi instinto animal me obliga a hacer, pero en silencio, para no molestar.

Ni siquiera sé con quién hablar, porque sé que no va a ayudar. Emo, pesimista, negativo, inconsciente... son alguno de los adjetivos que puedes llevarte si no eliges bien a la persona con la que desahogarte y eso sólo alimenta la idea.

No sé cómo arrancar la idea de mi cabeza, no tengo ni idea, si lo supiera lo hubiese hecho hace mucho tiempo. Lo que no paro de hacer es luchar contra ella, con todas mis fuerzas, pero a veces me agoto y necesito parar. Es entonces cuando la idea aprovecha para intentar que me deje llevar... es una lucha constante que no da demasiada tregua.

Grito y no me oyen. Ya no sé cómo explicarlo, ni a quién

viernes, 18 de septiembre de 2015

Qué, cómo cuándo???

Qué, cómo, cuándo? En qué momento he llegado hasta dónde estoy? La vida me pasa demasiado rápido y no me da tiempo de disfrutar el proceso... de repente ya he llegado y no sé ni cómo ni en qué momento. Pasan periodos de mi vida que no me doy ni cuenta de que ya se han ido. ¿Es sólo una sensación pasajera o es que de verdad vivo todo tan rápido?

Velocidad no tiene por qué ser sinónimo de intenso "vive intensamente", y así lo hago, pero de nada vale si no me doy ni cuenta.

La inspiración me ha dejado por un tiempo, si tengo ganas de pintar y de ver colores me queda salir a sacar fotos o copiar la que me guste de internet. La habilidad la sigo teniendo, y espero no perderla, el todo es seguir practicando.

Y hacer cosas nuevas, mezclar unas con otras, salir de arte y meterme a informática: Diseño, Moda, Programación.... puede salir algo muy increíble de esa unión si lo sé aprovechar, pero sinceramente no sé en qué preciso momento he llegado a tener la oportunidad de estudiar y aprender todo aquello que siempre quise de pequeña y que nunca ha tenido nada que ver. Ya sólo me queda controlar la robótica y podré mirar a mi Yo del Pasado y decirle: tranquila, no tienes por qué elegir ahora... podrás hacerlo todo que tienes tiempo.
23 años y 2 ciclos terminados, pero ninguna carrera... ¿es necesaria? si el tiempo pasa tan rápido ¿puedo estar 3 años más en un ciclo y luego invertir 4 en una carrera? Yo a los 30 pensaba tener ya mi carrera encaminada, no andar estudiando todavía, pero el tiempo pasa demasiado rápido y hay cosas que van tan despacio....

Tiempo

Siempre he tenido un problema con él, no nos llevamos demasiado bien, si tuviese una mente prodigiosa igual podía haberme saltado varios cursos y hacer todo esto más llevadero y terminar cuando debiera.

Me mata no saber qué va a pasar al final, cómo voy a acabar

Ando mezclando ideas, como un remolino sin forma definida que gira en torno a una misma cosa, un centro, ese centro tranquilo pero a la ver perturbador, ese centro que da miedo a pesar de que brilla el sol... es centro que es el Tiempo.

Y el remolino no para ni las ideas dejan de fluir. Cuando algo se resuelve se hace más llevadero el resto, por consuelo o tal vez porque me centro en lo bueno que me pasa, pero ello no quita que lo demás desaparezca, sigue estando ahí, la frustración, el ver que una vida no me da para lo que quiero conseguir, el no saber si el camino que llevo es o no el correcto, el no saber como acaba esta historia. Siempre he necesitado seguridad y nunca he confiado en mí misma del todo.

Trabajar en otro sitio, evolucionar como persona de manera distinta, conseguir vivir sola, tener coche propio... Sacarme el carnet de una vez!!... quizás montarme una pequeña empresa y conseguir que prospere, terminar los proyectos que tengo a medias... Pero pienso y actúo más despacio de como acontecen las cosas. De repente me he visto aquí, con 2 ciclos terminados y uno por empezar en el que invertiré 3 años más de mi vida, en un puesto de trabajo en el cual me mata más la idea de quedarme sin ninguno que la frustración que siento al desempeñarlo... y sobre todo, me veo con esos 23 años que tanto me atormentan con los que, en un tiempo anterior, esperaba de mí muchas más cosas que las que tengo.

De repente estoy aquí y no sé por qué. Ni siquiera sé si me gusta.

Cada uno es lo que quiera ser
   y yo quiero Tiempo

domingo, 6 de septiembre de 2015

Me encanta mi novio

Lo adoro y creo que nunca me había gustado tanto un chico. El estar en la cama sólo mirándonos y que por sacar conversación le pregunto en qué piensa y me conteste susurrando y con algo de vergüenza "en lo buena que estás", o cada vez que me quiere hacer rabiar me repite "qué bajita eres". Me enamora cada beso, caricia o abrazo, que cada vez que nos veamos tardemos un tiempo en darnos el primer beso de la cita como si fuese la primera, que me trate como a un colega en ocasiones, chocar los puños cuando hacemos buen equipo.

Pero de todos los momentos a su lado, el que más me va gustando hasta ahora es el de esta mañana, en la que en mitad del deseo me miró y me dijo muy bajito y con una voz de lo más dulce "me encantaría saber en qué estas pensando ahora". Porque incluso en un momento así, consigue llegar a lo más profundo de mi ser. Son esos detalles que le salen solos y son sinceros y puros, como él.

Me encanta de tantas formas... que se meta tanto conmigo y hasta que, a pesar de ser tan grande, se queje a veces como un niño pequeño al que me dan ganas de abrazar y mimar toda la vida. Me encanta que si le compro o invito algo, se le ponga la sonrisa de oreja a oreja y lo agradezca mil veces justo después de haber hecho lo imposible por que no le invitase nada. Me gustan sus ideas, que le encante estar conmigo, que me diga que me quiere y espere a que le conteste para irse a dormir. Me gusta incluso cuando se pone nervioso y tiembla. Que sea tan inteligente, su manera de pensar y ver las cosas, adoro lo sencillo que es.

Lo que más me gusta de él son sus gustos por comer. Un domingo a las 13:30, con hambre y sin saber qué cocinar ni ganas de levantarse y que de pronto diga de forma muy despierta:
- Quiero un batido de melón
- y una crepe
- con chocolate
- y helado
- Pues vamos
Y que ese sea el tipo de almuerzos que tenemos, como dos niños pequeños.

Me enamoran sus ojazos y que desvíe la mirada de vergüenza cuando se da cuenta de que me estoy fijando.

Me enamora todo de él y nunca podría parar de escribir si describiese todas las cosas que me han hecho verle poco a poco como gran parte de mi mundo. Y me enamora, sobre todo, esta sonrisa tonta que se me ha puesto sólo de escribir y pensarle.